República Dominicana se une al cerco regional: El Cartel de los Soles declarado organización terrorista

República Dominicana se une al cerco regional: El Cartel de los Soles declarado organización terrorista

En una decisión de gran peso diplomático y estratégico, República Dominicana se ha sumado al grupo de naciones que oficialmente designan al Cartel de los Soles como una organización terrorista. Este paso, en sintonía con las posturas de países como Estados Unidos, Paraguay, Ecuador y Argentina, consolida un frente internacional que busca desmantelar las redes de narcotráfico vinculadas al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

La declaración, impulsada por el presidente dominicano Luis Abinader, se materializa a través de un decreto que instruye a todos los organismos de inteligencia y seguridad del país a tomar medidas preventivas. El objetivo central es evitar cualquier incursión del grupo criminal en el territorio nacional, reforzando así la seguridad y la estabilidad regional, pilares que la Constitución dominicana prioriza ante amenazas transnacionales.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ha recibido la orden de notificar formalmente a los aliados y organismos internacionales sobre esta designación. La intención es clara: coordinar acciones multilaterales, incluyendo sanciones y medidas de cooperación, para presionar a la red criminal desde múltiples frentes.

El Cartel de los Soles: un engranaje clave en la economía ilícita de Venezuela

El Cartel de los Soles, un grupo cuya existencia ha sido negada sistemáticamente por el régimen de Maduro, es señalado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. y diversas investigaciones judiciales como una estructura compuesta por altos mandos militares venezolanos. Su función principal es facilitar la salida de cargamentos masivos de cocaína a través del Caribe y Centroamérica. Este vasto sistema de corrupción, que se beneficia del crimen organizado, lo convierte en una amenaza que trasciende la clásica definición de una narcobanda, al estar intrínsecamente ligado a la cúpula política de un Estado.

La decisión de República Dominicana se alinea con una estrategia de presión estadounidense más visible en el Caribe. Recientemente, el Pentágono desplegó tres buques de guerra y cerca de 4.500 soldados en la región para «interrumpir rutas de narcotráfico» vinculadas a Venezuela. Este endurecimiento de la postura, que ha incluido ataques directos a embarcaciones cargadas de drogas, es un claro indicio del creciente cerco militar y diplomático contra el gobierno chavista, que ha ganado fuerza con el regreso de la retórica dura de figuras como Donald Trump y Marco Rubio.

Implicaciones de la designación dominicana

Para República Dominicana, un país que es un punto de tránsito habitual en las rutas del narcotráfico, esta designación tiene un doble mensaje. Internamente, reafirma el compromiso de la administración de Abinader con el control fronterizo y la seguridad nacional. Externamente, proyecta un claro alineamiento con los socios hemisféricos frente a una amenaza que, para Santo Domingo, ya no es solo de seguridad, sino de soberanía y estabilidad.

Esta medida también tiene un profundo componente diplomático. Al llevar el tema a foros internacionales, República Dominicana no solo busca reforzar la cooperación, sino que eleva el problema del narcotráfico a una cuestión de alta política regional. La decisión de Santo Domingo, que se suma a la de Argentina, Ecuador y Paraguay, demuestra que el aislamiento del régimen de Maduro se está extendiendo más allá de Washington, lo que podría influir en futuras acciones de otros gobiernos latinoamericanos. La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado se ha convertido, en el tablero geopolítico del Caribe, en un desafío directo a la supervivencia del chavismo.