Perú: Por qué la Lucha contra el «Dumping» Chino no es Proteccionismo, sino Supervivencia Industrial

Perú: Por qué la Lucha contra el «Dumping» Chino no es Proteccionismo, sino Supervivencia Industrial

El Perú, una economía que ha hecho de la apertura comercial el motor de su crecimiento durante décadas, se encuentra hoy en una compleja encrucijada. La defensa legítima de la industria local frente a la competencia desleal, lejos de ser un gesto proteccionista, se ha convertido en una acción fundamental de supervivencia económica responsable.

Como bien ha señalado Luis Miguel Castilla Rubio en un artículo publicado en Gestión, protegernos frente al fenómeno del dumping originado en China no es retroceder en la integración internacional, sino un movimiento plenamente respaldado por las reglas del comercio global. La Organización Mundial del Comercio (OMC) reconoce que el dumping distorsiona la competencia al introducir productos a precios artificialmente bajos, que no reflejan condiciones normales de mercado. Las medidas antidumping no buscan excluir competidores extranjeros, sino restablecer condiciones equitativas, corrigiendo prácticas depredatorias que afectan la eficiencia económica y la integración comercial genuina.

La Raíz del Problema: Subsidios y Desviación del Comercio

La amenaza que enfrentamos no es un simple accidente del mercado. Es producto de un modelo de industrialización en China basado en subsidios masivos estatales e incentivos financieros inigualables, lo que genera una sobreproducción estructural que debe ser colocada a cualquier precio en los mercados internacionales. El resultado es claro: la avalancha de importaciones a precios artificialmente bajos que desplaza, debilita y finalmente destruye nuestra industria local.

Actuar contra el dumping chino mediante instrumentos permitidos —como investigaciones rigurosas, ajustes de precios o derechos compensatorios— no es, por tanto, proteccionismo, sino el ejercicio responsable de un mecanismo diseñado por la propia OMC para preservar la competencia leal.

Sin embargo, hay una variable que aumenta dramáticamente el riesgo para el Perú: la desviación del comercio. Mientras grandes economías como Estados Unidos y Europa cierran sus puertas mediante severas medidas correctivas, el producto objeto de dumping se redirige con mayor fuerza hacia economías abiertas y de menor escala, como la peruana, incrementando la presión sobre nuestros sectores productivos.

La Amenaza Silenciosa en Cifras Peruanas

La Comisión de Dumping, Subsidios y Eliminación de Barreras No Arancelarias del Indecopi ha revelado una amenaza silenciosa, pero de enorme impacto. Sectores vitales como el acero, tubos metálicos, metalmecánica y manufacturas para la construcción están registrando márgenes de dumping que superan el 300% e incluso el 400%.

Este ingreso masivo y desleal de productos tiene consecuencias directas y catastróficas para el país:

  1. Desindustrialización Progresiva: La capacidad productiva nacional es socavada, obligando a las empresas locales a reducir operaciones o cerrar.

  2. Pérdida de Empleos Formales: Los puestos de trabajo formales y calificados se pierden, afectando directamente a la clase media trabajadora.

  3. Deterioro de la Competitividad: Las empresas locales registran caídas en su productividad, utilidades e inversiones, haciendo que el Perú sea progresivamente menos viable para invertir en manufactura.

El Rol Estratégico de Indecopi: Urgencia y Firmeza

Es aquí donde la Comisión de Indecopi asume un rol crucial. Defender al país del dumping no es rechazar la globalización; es asegurar que el Perú siga siendo viable para invertir y generar empleo. Si bien es justo que los consumidores nacionales accedan a precios bajos, estos no deben ser producto de prácticas depredatorias.

La apertura comercial del Perú ha sido fuente de crecimiento, sí; pero apertura no puede significar vulnerabilidad total frente a prácticas desleales que están diseñadas para destruir sistemáticamente la competencia.

La Comisión debe actuar con la firmeza y el sentido de urgencia que la situación exige. Si las medidas correctivas se retrasan o minimizan, la consecuencia será una única y dolorosa: la condena a depender únicamente de importaciones, volviéndonos una economía sin capacidades productivas propias.

El Perú no puede darse el lujo de mirar hacia otro lado. La defensa contra el dumping no es una opción proteccionista, sino una obligación reglamentaria y una estrategia esencial para proteger la salud y el futuro de nuestra industria nacional.

Fuente: Luis Miguel Castilla