El Salvador busca liberar el potencial del almacenamiento de energía

El Salvador busca liberar el potencial del almacenamiento de energía

El Salvador, con un 23.7% de su capacidad energética proveniente de fuentes solares, se enfrenta al desafío de modernizar su marco regulatorio para integrar el almacenamiento de energía a gran escala. Esta medida es crucial para asegurar la estabilidad del sistema eléctrico y aprovechar al máximo la energía renovable.

El reto de la energía solar intermitente

La rápida expansión de la energía solar en el país, con 734 MW instalados, ha puesto de manifiesto la necesidad de tecnologías de respaldo. Como señaló Ingrid Chávez de Mendoza, de EDP Services, la energía fotovoltaica es de gran ayuda durante el día, pero su intermitencia debido a la nubosidad o la falta de luz nocturna crea una «disminución drástica del tipo de recurso». Este tipo de energía no es una fuente firme, por lo que requiere de un apoyo constante para garantizar la fiabilidad del sistema.

Limitaciones regulatorias actuales

Actualmente, las baterías que ya están operando en El Salvador tienen un uso muy limitado. La normativa solo les permite funcionar mientras los proyectos solares están generando electricidad, impidiendo que almacenen energía para su uso posterior en horas de baja producción o de alta demanda. Esto restringe su capacidad para realizar funciones clave como el arbitraje de precios, el soporte en horas pico o la prestación de servicios auxiliares para la red.

Hacia una nueva regulación

Conscientes de estas limitaciones, la Unidad de Transacciones y la Dirección General de Energía están trabajando en una nueva regulación. El sector espera que este proceso no se prolongue, ya que la necesidad de un sistema más flexible y estable es cada vez más urgente. Mientras tanto, tanto empresas privadas como el Estado están avanzando con proyectos que ya incluyen baterías en su fase de diseño.

El Salvador en el contexto regional

A pesar de su mercado renovable en crecimiento y un marco institucional sólido, El Salvador corre el riesgo de quedarse atrás si no actualiza sus normativas sobre almacenamiento. Otros países de América Latina, como Chile, México, Colombia y Brasil, ya han desplegado una capacidad significativa en sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS), utilizándolos para estabilizar la red y gestionar excedentes. El Salvador tiene el potencial de seguir esta tendencia y consolidar su transición energética, pero para lograrlo, necesita destrabar su regulación y abrir el camino a nuevas inversiones en flexibilidad.

Fuente: Energía Estratégica